¿Por esto mueren nuestros soldados en Afganistán?

Leo con una mezcla de estupor e indignación que el gobierno del presidente Karzai ha promulgado una nueva ley que en definitiva legaliza la violación dentro -¡eso sí!- del matrimonio.
La ley impide a las mujeres a negarse a mantener relaciones sexuales con sus esposos excepto en el caso de que estén enfermas. Además, las afganas necesitarán permiso de sus maridos si quieren salir a la calle, a menos que haya una emergencia. Esta ley -de hecho- legaliza cualquier violencia en contra de las mujeres de Afganistán, que perderán los derechos de los que gozaban en la Constitución.
Una portavoz de la Organización de las Naciones Unidas en Kabul comentaba que estaban seriamente preocupados por el potencial impacto de esta ley. Curiosamente -sorprendentemente- el presidente Karzai insistió en que la ley ha sido aprobada con el objetivo de brindar mayor protección a las mujeres chiítas. ¡Faltaria más, sa jodio el tio!
La ONU y varios agrupaciones de defensa de los derechos humanos han solicitado al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, la abolición de esta ultrajante nueva ley.
Numerosos grupos de defensa de los derechos humanos ya han advertido de que la nueva norma da marcha atrás a muchas de las libertades conquistadas por las mujeres afganas después del derrocamiento del régimen Talibán hace siete años.
La ley recibió el respaldo -como no- tanto de influyentes clérigos como de partidos políticos chiítas. Según estos apologistas de la igualdad, la ley representa una mejora de las normas tradicionales sobre asuntos familiares.
Parlamentaria críticas acusan al gobierno de haber aprobado la legislación sólo para conseguir votos en las próximas elecciones en Afganistán y por lo visto es una manera de asegurarse el apoyo de los radicales islamistas. ¡Pues vamos bien!
Ante la visión de los últimos tiempos donde se observa un incremento del poder de los talibanes cada vez más extendidos por el país y a la vista de las nimias consecuciones en materia de libertades y de democratización del país, me pregunto que demonios hacen nuestros soldados luchando y muriendo por apoyar este tipo de régimen.
La ONU, bajo la bandera de la cual se ampara todo el despliegue militar debería tener claro una serie de principios y valores fundamentales, absolutamente irrenunciables, en cualquier parte del mundo. La declaración de derechos humanos debería se la base fundamental sobre la que basar cualquier actuación sea cual sea la parte del mundo sobre la que actúe y sean cualesquiera que sean “las costumbres”.
De conseguir lo que se esta consiguiendo hasta ahora más vale que las tropas se vengan para casa. Ellos pretenden con sus mejores ganas y sus valerosas acciones mejorar las condiciones de las personas que allí viven, no de perpetuar comportamientos atávicos y degradantes que se pretenden justificar con la religión y la costumbres propias del lugar. !A la mierda con ellas!
Comentaris
Gràcies per la teva companyia en aquells moments, gràcies per la teva nota al teu blog...i suposo que el meu pare també t'agraeix tot això i la teva amistat, fins aviat.
Sergio Granado
Marina Granado