La involución del Estado comienza con la económia

Hemos llegado tras la crisis iniciada hace unos años en USA, a que los paises menos desarrollados de Europa vamos a tener que llegar, en la práctica, a vender el país. Desmantelamiento del Estado de Bienestar (del que nosostros poco hemos disfrutado todo sea dicho), empobrecimiento de las clases trabajadoras, ahora denominadas medias... todo, impuesto y exigido por lo que alguien denomina, los mercados, que ahora dirigen las políticas económicas nacionales, hasta llevarlas, según sus intereses inmediatos a la ruina económica o directamente como en el caso griego a la banca rota.

Los trabajadores por nuestra parte, y como resultado de los desmanes de otros, veremos como se incrementan los impuestos hacia nuestras rentas, los directos e indirectos, que curiosamente representan, el de la renta, un instrumento recaudatorio unicamente sobre los salarios, los de los trabajadores. Estas subidas de impuestos no tienen nada que ver con la progresividad fiscal, el instrumento de reparto de la riqueza, puesto en práctica en Europa desde la II Guerra Mundial, sino que se trata de incrementos recaudatorios que, vaya por Dios, castigan a los más pobres y, para más guasa y burla, ese dinero recaudado se entrega a los ricos para pagar sus desastres financieros que nos han llevado a esto.

Por que cada vez más somos los trabajadores los que mantenemos el estado del bienestar con las crecientes cargas impositivas, mientras al mismo tiempo se nos dice que nos preparemos para recibir menos del Estado.
Por otro lado los más ricos cada día pagan menos con la aquiescencia de los poderes públicos sean del color que sean y a los que se da herramientas para poder poner a salvo sus abultados superavits. Así disminuyen los impuestos al patrimonio y desaparece el de sucesiones. Estamos financiando con nuestro dinero -nuestros impuestos- el bienestar de los más ricos.

Una auténtica involución de los principios que Europa ha defendido los últimos 60 años.